ABISMOS
Me meto en la ducha, cansada
otro día de ser mujer.
Me miro las piernas y pienso
que toca depilarme. Y siento la pulsión de romper con todo y no hacerlo nunca
más. Lanzarme al abismo.
Es increíble pensar que no
depilarme es romper con todo. Increíble y ridículo. Pero es que así lo siento.
Pero lo hago: cuchilla en mano,
empieza el baile de siempre, haciéndome un par de tajos a la altura de la
rodilla. Más muescas en la pared del: Así estás más guapa.
Toca también arreglarme … el
coño, vaya a ser qué la próxima cita no se acerquen a él por asco. Porque es
que así huele más, porque es que el pelo no gusta. Vaya a ser que mi coño, muy
parecido a ese por el que tú naciste, no sea digno de ti.
¿Cuántas veces no me ha
atrevido a dejarme vello por miedo al rechazo? ¿Y tú, las has contado?
¿Quién decidió que somos más
dignas depiladas, si a mí no me molesta mi vello?
¿Quién decide que ser femenina
es eso o aquello de más allá? ¿Quién decide qué es ser mujer? ¿Quién decide
quién es una mujer? ¿Lo decidimos nosotras o lo deciden ellos?
¿Quién decide que ser madre es
sentirse completa?
¿Quién decide que una vida
completa es esa que decían? ¿Quién decide que yo quiera tenerla?
¿Quién decide que el trabajo
dignifica? ¿Quizá esos que llegan a casa y no se tienen que ocupar de nada más?
¿Quién decide que no hacer nada,
es perder el tiempo? ¿Hay algo mejor, amiga, que poderte sentar un día, dejar
la mirada perdida, respirar lento y no hacer NADA?
¿Quién dice que la arruga no es
bella, qué la cana hay que taparla y la carne esconderla? ¿Esos que se atreven
a criticarnos pq envejecemos dignas, sin retoques, mientras a ellos les cuelgan
los huevazos de tan poca vergüenza que tienen?
¿Quién decide cuales eran los
límites de lo intenso? ¿Qué es lo normal, lo mesurado, lo correcto? ¿Quizá
fueron esos que nos llamaban histéricas?
¿Quién decide que el fuego es
lo que más quema, si sufrimos constantemente silencios que nos abrasan?
¿Quién decide que nuestras
parejas tienen que ser más importantes que nuestras amigas?
¿Quién decide todas esas
mierdas, quien pone las normas? ¿Quién osa decidir todo esto, si a mí me parece
que nosotras somos como ciudades regidas por leyes distintas, o porque no,
ingobernables?
Y finalmente, llena de rabia,
decido que quizá esta es la última vez que me depilo. O la penúltima.
Porque muchas veces no soy yo
quien decide. No eres tú quien decide, tranquila. Son los demás. Es ese
gobierno ajeno que algún día, MUJER, será nuestro.
Mientras tanto, sigamos
cuestionando el mundo, pero dejemos un poco, un rato, de cuestionarnos a
nosotras mismas.
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