Yo
Siempre me gustó escribir. De joven era más por
romanticismo y conforme fui creciendo por terapia.
Normalmente
lo hago de esta guisa: en la cama, a las tantas de la mañana me desvelo, cojo
el bloc de notas de mi teléfono móvil o en una libreta que siempre intento
tener cerca y me pongo a escribir todo lo que me sale. Normalmente en las
ultimas frases me estoy quedando dormida de nuevo. Otras veces intento escribir
como una persona normal, sentada en una silla frente al portátil. Pero siempre
salen cosas más chulas del caos nocturno, que sé yo.
Vomitar mis inquietudes en papel o en pantalla me sirve para descargarlas y verlas desde otro prisma. Pero de pronto te das cuenta de que lo que escribes gusta, y no solo gusta, sino que mucha gente te lee y se siente reflejada en ello como parte de la historia, porque de una manera u otra la han vivido en otra piel o en otro contexto, pero con el mismo sentimiento.
Eso es lo que me ha animado a hacer este blog: saber que la gente que me lee se emociona, siente cosas, toca fibras... Saber que alguna pequeña parte de vuestro ser, por ínfima que sea, se estremece al leerme, para mí es un gran logro.
Por que al fin y al cabo, ¡no somos tan distintos!